Siempre es agradable e ilusionante descubrir un autor nuevo que te deje nuevas sensaciones con una lectura. En este caso, Carver con sus historias ha conseguido “zarandearme” y abrir los ojos (sí aún cabe más) ante una realidad sombría y melancólica. Este libro será una iniciación hacia la obra de este literato, que espero sea igual de provechoso y estimulante.
Esta es mi segunda incursión en el género denominado "realismo sucio". La primera experiencia no fue muy afortunada con "Escritos de un viejo indecente" de Charles Bukowski. Por lo que recuerdo (ya ha llovido), tiene poco que ver ambos escritores.
Este texto está compuesto de 12 relatos, sin ninguna interconexión entre ellos. Pero si poseen algunas características comunes, además del estilo narrativo.
La forma de escribir de Carver es sencilla (no simple), directa, sin adornos y refleja lo corriente de la vida con un toque pesimista y triste.
En cuanto a estilos, prácticamente me gustan todos. Me considero “omnívoro” en este aspecto, con alguna preferencia a la narración barroca y detallista. Al principio puede chocar un poco la sobriedad de palabras y expresiones, pero enseguida se habitúa al minimalismo que llega a cautivar. Es una escritura “desnuda”, pero exacta y precisa en la descripción de situaciones y personajes. No se echa en falta la adjetivación, figuras literarias o divagaciones que refuerce el argumento o haga hincapié en determinados pasajes. La utilización del diálogo es un gran complemento por su función descriptiva de los personajes, realiza una exploración de su naturaleza. La narración y los coloquios, por su forma de plasmarlo, tienen un cierto aire cinematográfico, como filmaciones de retazos de realidad.
La cotidianidad que tiene como base en todos los cuentos, no hay que confundirla con situaciones habituales y vulgares, tienen su punto peculiar sin llegar a ser hechos fantásticos o absurdos. Es la realidad vista por protagonistas comunes, corrientes donde es fácil identificarse o ver nuestro entorno. Es una búsqueda del significado de la vida (¿quién no se lo pregunta constantemente?); la identidad y su situación social y afectiva; o las relaciones familiares, de amistad, de trabajo o la sensación de soledad. La gente anónima que pulula son personas “normales”, de clase baja o trabajadores, personas frustradas, sin empleo y alcohólicos como el propio escritor. El autor ha combinado lo especial de sus personajes con lo habitual que tiene la “vida normal”, rezuman humanidad. Aunque parezca una paradoja, es un “reflejo particular” de cada persona compuesto sobre el “espejo social” de todos.
En estos relatos proliferan las crisis de pareja donde el hombre está subordinado a la mujer, son afectos frágiles y descarnados. Hay una comunicación difícil y tensa, que a menudo acaban en la incomprensión y la rutina.
La estructura que construye Carver está compuesta, como he dicho antes, de pequeñas escenas o retazos de la vida. Enseguida expone la situación del argumento sin exageraciones, con prosa llana y efectista. Luego la mayoría de las conclusiones de los cuentos son abiertas, donde interviene el lector con sus reflexiones sobre lo que ha leído o lo que puede acontecer después del final. Después de la lectura de cada historia, que es corta, sencilla y de apariencia corriente, se encuentran debajo de esta “capa gris” las pinceladas de color. Siempre se le da vueltas al relato hasta que acaban surgiendo estas riquezas veladas. Algunas son evidentes y otras van aflorando con el tiempo, merecen un cierto reposo y sosiego.
No puedo decir que todos los relatos me hayan gustado, (por eso no es mi nota más alta) pero si tienen algo atrayente, y la mayoría son magníficos. Si tengo que destacar algunos diré: “Parece una tontería”, “Catedral”, “Fiebre”, “Vitaminas”…
Y para finalizar, un apunte de cine: “Vidas cruzadas” de Robert Altman. Quien no la haya visto, le recomiendo esta película de los 90. Está basado en los cuentos de Raymond Carver, y en concreto de “Catedral” toma y versiona: “Parece una tontería” y “Vitaminas”. Puede que sea excesivo el metraje, 3 horas, y tanta fragmentación entre las historias hace que el nivel tenga altibajos, pero sin duda es un film a tener en cuenta, con buenos actores de un reparto coral, y secuencias formidables.
...ContinuaLa forma de captar la realidad de Carver me atrae, cómo en sus cuentos te encuentras con vidas reconocibles, cercanas y tangibles y cómo Carver las describe con trazos certeros y concretos, sin aspavientos ni extrañas piruetas en su narrativa. Sus cuentos son como fotografías (en sepia) de lo cotidiano, pequeños retazos tomados al azar de personajes en quiebra o de problemas rutinarios. No hay nada mágico en los cuentos de Carver, nada más allá de una realidad a veces gris, a veces triste, a veces sensible.
Carver no se adorna superfluamente en sus descripciones de supervivientes de naufragios vitales y parejas con problemas en su relación. Su austeridad me recuerda por momentos al cineasta finés Kaurismaki. Ambos precisan de pocos mimbres para armar una historia, unos personajes, y logran conmovernos con los mínimos elementos.
En Catedral hay una inquietud y tensión que recorre cada cuento, una especie de peligro que amenaza quebrar a los personajes. La vida es pura fragilidad, en menos de un segundo se puede colapsar el mayor de los edificios y derrumbarse ante nuestra mirada. Pavos reales que nos vigilan desde las ramas de un árbol, llamadas telefónicas en mitad de la madrugada, el final de un alquiler o del dinero, despidos inesperados, una sordera temporal, la constante posibilidad de un final de etapa... esas son las amenazas reales de las que habla Carver.
Los personajes de Catedral parecen ir a la deriva, sin ningún rumbo previamente marcado. Gente anónima, de la calle, vendedores, campesinos, oficinistas que ven cómo la vida se les escabulle entre los dedos, que pisan terreno quebradizo, perdedores que, a pesar de todo, se mantienen en pie e intentan una lucha digna por seguir adelante, aunque sea a bandazos, aunque después del naufragio no haya más que soledad y vacío y una mirada en mitad de la nada. La gloria en la derrota, como las historias de John Ford.
El mundo de la pareja en Carver es inconsistente, casi hecho de cristal, a punto de romperse a cada instante. Hombres y mujeres abandonados o en trance de serlo, parejas naufragadas, la rutina que sepulta la pasión o la intensidad del amor.
Hay dos cuentos que me conmovieron especialmente. En “La casa de Chef” un hombre intenta cambiar su vida cuando se traslada a la casa que le presta un amigo, como si el cambio de ambiente fuera la frontera real y corpórea entre el pasado y el presente, una forma de deshacerse de quienes fuimos para construir algo nuevo, diferente, y cómo nuestra vida da un vuelco cuando desaparece aquello en lo que nos apoyamos. El cuento lo narra su (¿ex?) mujer en un tono certero y sin florituras, los elementos precisos para emocionar. En “Parece una tontería” una pareja sufre la pérdida de su hijo en un accidente de tráfico. La rabia, la sorpresa de lo inesperado, las visitas al hospital, las llamadas en mitad de la madrugada, el cansancio, la incredulidad de la pareja está contado con una pureza descriptiva inusual, sin melodramas ni sensiblerías.
Raymond Carver me gana con su mirada sobre la realidad. No la centra en un punto, sino que parece fijarse en una esquina, en un recoveco. Catedral es otro ejemplo de la grandeza como cuentista de Carver.
...ContinuaPues eso es lo que nos encontramos aquí, doce historias sin nexo de conexión excepto la excelente narración de Raymond Carver.
No parece que tengan porque tener ningún sentido cada una de esas historias, simplemente Raymond Carver las ha escrito y nosotros como lectores entramos en cada una de ellas como si fueran nuestras, y eso lo consigue en cerca de 15 pags. por relato. Así que no puedo mas que ponerle mis 5 estrellas.
Otro conjunto de cuentos deliciosos, de los cuales el que más recuerdo es "parece una tontería", que me hizo llorar todo el tiempo mientras lo leí. Mucho tiempo después, vi unas escenas de una película, y me pareció basado en este libro. Una relectura posterior me lo confirmó. En resumen, muy recomendable.
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