Antes de apagar cada día la lamparilla de noche y dejar a Barnes en la mesita, no podía evitar sentir ese gusanillo tonto y risueño de saber que uno está leyendo algo divertido que no quiere que se acabe nunca. Tras terminar con él (oh), llego a la conclusión de que hacía tiempo que un libro de cuentos no me parecía tan sumamente bueno. Normalmente siempre prefiero las distancias largas. El formato además invita a que sea una lectura ágil. Uno puede leer más o menos dos cuentos por día y rumiarlos después tranquilamente.
El mejor cuento para mí es sin duda Jaula de frutas (casi uno de los últimos). Todos los demás me parecen satélites que orbitan alrededor de éste. El tono empleado por el protagonista a la hora de narrar la relación entre sus padres y posicionarse con distancia pero sin embargo yendo al fondo de los sentimientos y la relación enfermiza entre sus padres me parece sumamente conmovedor. Me gusta la historia que cuenta y sus imágenes van calando poco a poco en mi ánimo. No se pierde en ningún momento el hilo conductor y la historia avanza de manera constante y pulcra.
(Reseña completa en: http://www.librosyliteratura.es/la-mesa-limon.html )
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