Horrendo e inaguantable, Novecento, es una obra absurda de principio a fin que solo puede ser utilizada como un potentísimo somnífero. Y pudiera haber disculpado la falta de sentido de la trama gracias a su breve duración. Pero la aberrante estructura de este texto hace que no pueda soportar esta historia en lo más mínimo.
Hace tiempo leí la obra más famosa que escribió Alessandro Baricco, el autor. Ni que decir tiene que Seda me pareció una novela escrita con gusto y delicadeza, pero su trama me resultó insulsa, grotesca y pesada, pese a las pocas páginas con las que contaba el relato. Pero esta vez Baricco se ha superado…para mal. Lo más llamativo es la forma en la que está construido todo el escrito. Baricco ha hecho algo a caballo entre el teatro y la novela. Así que la composición resultante no presenta el dinamismo de las obras teatrales ni resulta tan emocionante como las novelas. Pero su estilo sigue siendo elegante y depurado. Para ello cuenta con una prosa enrevesada, un lenguaje con grandes accesos líricos no siempre comprendidos y asimilados, y unas descripciones que o bien se limitan a las instrucciones teatrales o son demasiado básicas como para sacar gran cosa en claro. Y luego están los personajes. Básicamente solo importan dos: Novecento, el joven pianista, y el narrador de la historia. Y como “buenos” personajes del teatro no están demasiado construidos ni resultan particularmente atractivos.
Después de leerlo, Novecento sigue siendo un misterio para mí. De forma superficial puedo contar que la obra nos narra, de forma un tanto aleatoria, la vida y milagros de un personaje cuyo nombre completo es Danny Boodmann T. D. Lemon Novecento que nació en el Virginian, un barco de pasajeros. Un marinero de dicho barco decidió quedárselo y tras su muerte, Novecento pasó a ser parte regular de la tripulación. Novecento es un gran pianista. El mejor según el narrador. Está en la treintena y jamás ha bajado a tierra firme. Y hasta aquí un resumen somero. El resto de la historia se encuentra salpicada de diálogos cuya comprensión total se me escapa, escenas teatrales más o menos afortunadas, reflexiones tan profundas que se pierden en el olvido y saltos narrativos que despistan y hacen que seguir el relato con atención sea un poco complicado. Y con todo ello llegas al final. Algo que te alegra sobremanera, aunque te queda la última bofetada. Y es que desenlace es tan incompresible como buena parte de la obra. Frecuentemente oscilas entre la sensación de que se te escapa algo muy importante o que la trama es tan incoherente que el autor ha decidido terminarla de la manera más estúpida posible.
En suma, Novecento es un absoluto bodrio que hay que evitar a toda costa. Es aburrida, pesada y difícil de digerir. La historia es muy confusa y, pese a que lo intenté, el drama de la misma no consiguió alcanzarme. Mi consejo que os alejéis todo lo posible de este libro. Quizás pasar una pequeña estancia en el océano no sea tan mala idea con tan de huir de este espanto literario.
...ContinuaSi quieres saber lo que pienso de este libro, pincha en el siguiente enlace: http://enclavedesil.blogspot.com.es/2013/03/novecentola-leyenda-del-pianista-en-el.html
Una amiga me lo recomendó encarecidamente, diciéndome que mi vida iba a cambiar después de leer el libro. La vida no sé si la cambió, pero la noche sí. Porque fue lo que tardé en leer el libro, una noche. Bueno, rectifico, lo terminé en el váter.
Me gustó el argumento en sí, pero es que es tan corto y la manera de narrarlo tan rara que creo que no lo he apreciado más por eso. Y ese final tan... pfff...
Me ha gustado la imagen del pianista tocando el piano solo en el transatlántico. Me ha dejado una imagen de la soledad muy bonita y que ha reforzado el pensamiento que ya tenía de que la soledad no siempre es mala. A veces se necesita.
Si te apetece, puedes leer el comentario sobre el libro en mi blog:
http://marianleemaslibros.blogspot.com/2010/05/novecento-la-leyenda-del-pianista-en-el.html
"Novecento" es una obra breve, un monólogo que se lee en apenas 40 minutos. Cuenta la leyenda del pianista de un barco que va de Europa a América. La leyenda cuenta que Novecento nació en el barco y nunca bajó de él. La obra desarrolla esta historia sin más, con algunas anécdotas curiosas, pero poco más, hasta llegar a un final que le da sentido a todo, y es el que le confiere su verdadero valor. Novecento toca la música que todo el mundo está deseando escuchar, aunque no lo sepa; lee a las personas hasta comprenderlas mejor que ellas mismas; es capaz de describir minuciosamente partes del mundo sólo por los comentarios que le han llegado; y sobre todo, es capaz de ver del mundo lo que nadie ve: cada paso que damos es una elección que puede resultar crucial en el curso de nuestra vida, cada decisión por muy nimia que parezca excluye a otras muchas posibilidades que podrían ser igual o más válidas que la que hemos tomado. Novecento ha "desmontado la infelicidad". Eso, si se piensa bien, da miedo. Y su elección es no tener que elegir. Esa es su leyenda.
Las palabras tienen la capacidad de mostrarnos mundos nunca vistos, inexplicables o imposibes, con palabras que todos conocemos y utilizamos para la vida diaria. Baricco es capaz de describir una música inversosimil, que no existe ni podrá existir, que no podrá sonar en ningún piano, y que sin embargo suena en nuestra cabeza tal y como el autor quiere.
http://ahomm.blogspot.com
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