Llego a esta novela por caminos cinematográficos y literarios. Por un lado, su escritor es Jonathan Safran Foer, el autor de Everything is Illuminated, su primera novela y una película de interés que dirigió Liev Schrieber . Por otro, Extremely Loud & Incredibly Close conoció su propia adaptación cinematográfica de la mano de Stephen Daldry, el especialista en adaptar literatura-de-prestigio del que hablé al comentar El lector. EL&IC, como película, no me gustó, y el libro, aunque mejor llevado, me ha parecido fallido.
EL&IC es una de las novelas de duelo por el 11S que la narrativa norteamericana ha ido publicando en la década larga desde el atentado que inicia la historia del siglo XXI. En ella Oskar Schell es un niño de 9 años solitario e impopular, pero imaginativo e hiperactivo, que encuentra entre los recuerdos de su padre (muerto dos años atrás en el World Trade Center) un sobre con la palabra Black y una llave dentro. Decide buscar al propietario de la llave intentando con ello suplir la ausencia de su progenitor y buscar el rostro de un padre que no volverá. Su aventura (buscar entre todos los apellidos Black de Nueva York) es el principal puntal de la narración, que se completa con dos ejes más: las cartas que el abuelo de Oskar –quien abandonó a su mujer cuando estaba embarazada- escribió y no envió durante 40 años a su hijo ahora muerto, y el diario que la abuela de Oskar escribe en forma de mensajes precisamente a Oskar intentando aliviar su propio dolor.
Creo que sacar adelante un cóctel familiar y sentimental así requiere de una potencia que JSF aún no tiene, o al menos no ha encontrado en esta obra. Considero un error potenciar la historia de la familia de los padres del padre de Oskar, porque se alimenta de un recuerdo dramático propio (el bombardeo de Dresde en la II Guerra Mundial que ambos sufrieron), cuya sombra sobre el 11S es, si se piensa en profundidad, cuando menos discutible más allá de la simplicidad narrativamente obvia, en una obra de estas intenciones, de la barbarie humana.
Aún así, la novela tiene grandes momentos de escritor lúcido. Dibuja bien al niño, bajo cuya capa de optimismo biempensante y sentimiento de pérdida mainstream se oculta un pequeño loco inaguantable y al borde de la esquizofrenia, y al que le conviene agotarse haciendo millas buscando al señor Black correcto (y espero no equivocarme en esta apreciación: si JSF no pretendía dibujar así al niño entonces el libro ya sería un pestiño terrible). La imaginación de Oskar puede ser malévola: su observación sobre el hecho de que en el planeta existen actualmente más vivos que todos los habitantes del mismo en toda la historia de la humanidad acaba con la conclusión de que no existirían calaveras suficientes para que todos pudiéramos interpretar a Hamlet y llorar por nuestro pobre Yorick. O su innovadora propuesta de una limusina lo suficientemente larga que le permitiera entrar en ella desde el portal de su casa y salir por la puerta delantera delante del cementerio donde van a enterrar el ataúd vacío sin el cadáver de su padre.
Posiblemente a JSF le falta la maestría de un Auster, quien se deja arrastrar decididamente por la negrura para evitar que su propio sentimentalismo se escarche como un postre de Navidad, o de un Rchard Ford o Jonathan Franzen, que gozan de mayor penetración psicológica y son más sutiles al desenvolver la relación entre el drama de la pérdida y la farsa necesaria e inevitable de la familia. La planificación mecánica de EL&IC lleva a una estructura tramposa que impide aflorar el posible talento del autor más allá de sus imágenes cautivadoras...
The new, overhanging roof protected the books from rain, but during the winter the pages would freeze together, come spring, they let out a sigh
http://banquetealatropa.blogspot.com.es/2013/03/enterrar-los-muertos.html
...ContinuaEste es un libro que no sé como valorar, por un lado me ha parecido interesante, que aporta una visión diferente sobre el duelo que cada uno hace tras la pérdida de un ser querido.Y por otro me ha parecido algo depresiva y demasiado lenta y larga, creo que con 100 páginas menos el libro no perdería encanto.
También he de destacar que me parece un poco increíble, que un niño de 9 años haga las cosas que hace Oskar por Nueva York adelante, por muy superinteligente que sea.
Por otro lado, tengo que destacar la originalidad del libro en sí, a lo largo del libro nos encontramos en medio de la historia fotos, páginas en blanco, páginas con una solo palabra,... y todo ello guarda relación con la historia que se nos está contando.
Así que si os apetece leerlo, hacedlo, pero teniendo claro que no vais a encontrar una historia divertida y amena, pero que aún así es muy interesante.
Con este libro nos adentramos en una novela realmente dura debido a la historia de fondo que comparte cada uno de sus personajes. Un terrible suceso cuya visión nos vendrá dada por un niño de nueve años muy particular. No nos encontramos con la visión de un niño y lo que para él fue perder a un familiar en ese terrible suceso, sino que nos encontramos con un niño muy especial, con una inteligencia desbordante que le hará llevar la pérdida de un modo totalmente distinto y cuyos sentimientos le serán difíciles de ubicar y saber desenvolver.
Pero la historia no se centra únicamente en lo que siente o en cómo ve la vida a partir del momento en el que su padre le dejó sus últimos mensajes en el contestador, ni se centra en cómo sigue su vida con su madre y cómo ella también intenta hacer frente a la abrumadora cantidad de sentimientos que se suceden día tras días tras ese 11 de Septiembre, sino que la historia también nos muestra cómo Oskar descubre una llave entre las cosas de su padre y cómo a partir de ella, idea un modo de buscar en la inmensidad de Nueva York, la cerradura correcta e intentar resolver el misterio, ¿qué hacía su padre en las Torres aquél fatídico día si él no trabajaba allí?.
Durante las andadas por Nueva York, Oskar se cruza con multitud de personajes, tan variados con lo somos todos en la realidad y donde conocerá distintos puntos de vista, distintas visiones de aquél suceso y de la vida misma. Descubrirá que muchas cosas no son como él pensaba en un primer momento, descubrirá que los sentimientos son siempre difíciles de llevar y que ante todo, él no es el único que guarda un gran secreto.
Oskar nos irá llevando de la mano por una historia dura, original, electrizante, donde cada una de sus página tiene algo nuevo que aportar. Imágenes, colores, sentimientos, dibujos y una forma totalmente nueva y diferente de narrar una historia donde las propias páginas del libro ya tienen algo que contarnos. Una narración poco común y un protagonista que en pocos aspectos parece un niño, porque su inteligencia, mostrada a través de sus actos, pensamientos, razonamientos, datos científicos y curiosidades que va compartiendo con el lector, nos enseñan a un niño que es más brillante de lo que en un primer momento parece pero que ante los ojos de los demás, es un niño que se embarca en una misión imposible de encontrar a qué cerradura le corresponde esa llave que lleva colgada del cuello.
A veces tenemos que enfrentarnos a nuestros temores
Por tanto, lectores, os espera con esta novela una gran obra literaria, que tiene tantísimo que ofrecer, que podría seguir y seguir escribiendo más cosas en esta reseña, pero que os recomiendo totalmente su lectura.
Es un libro para poner en la mesilla de noche y leer poco a poco sus páginas, porque cada una de ellas está cargada de sentimientos, situaciones y muchísimas sorpresas. Un libro con el que cualquier lector quedará realmente impresionado.
"Con este libro Jonathan Safran Foer, nos vuelve a introducir en una novela absolutamente original, brillante y donde cada una de sus páginas de envolverá en una historia llena de sentimientos, sorpresas, dudas e inteligencia. Acercándonos a un nuevo tipo de novela y a una historia completa y prácticamente electrizante"-Guardiana de libros
...ContinuaEl libro trata sobre el duelo y las diferentes maneras de afrontarlo tras la pérdida de una persona querida. Nos encontramos con Oskar, un extraordinario niño de 9 años, que emprende una búsqueda por toda Nueva York para lograr sentirse más cerca del padre muerto hace dos años en el atentado de las Torres Gemelas. La historia nos llega a través de la voz de Oskar y otros dos personajes que consiguen un conjunto sólido y emotivo.
Me ha gustado, tanto el argumento como la forma. Es de aquellos que tienen superpuestas varias capas de historias. No es un libro del todo redondo. En algunos momentos parece como si no estuviera "montado" del todo bien y una voz nos explicase algo que debería haber dejado para más adelante, pero a lo mejor el autor lo hace con toda la intención. En cualquier caso creo que hay momentos que emocionan y que vale la pena acercarse a conocer a los protagonistas porque son fantásticos: cariñosos, inteligentes, a ratos completamente egoístas, extraños, capaces de una crueldad afilada,... vamos, verdaderamente humanos.
Muy recomendable.