Cada libro de Dicker que leo me gusta menos. Este tiene todos los ingredientes para ser el peor libro que he leído últimamente. Estilo de redacción ausente, la traducción no sé si es fiel o empeora el libro, demasiado largo, demasiado fantasioso todo, rozando lo absurdo y la novela rosa. Si con su libro de Harry me sorprendió, con este (así como con el anterior) repite la fórmula de mezclar presente y pasado, de hacer flasbacks continuos, de querer crear intriga ( que es lo único que consigue algunas veces, porque del resto parece que se quiere suicidar como escritor). En conclusión: un despropósito y un timo editorial.