En lugar de centrarse en el estudio y tratamiento de la enfermedad mental, la Psicología Positiva se centra en las fortalezas humanas, las que nos permiten aprender, disfrutar, ser alegres, generosos, serenos, solidarios y optimistas. Seligman sostiene que la auténtica felicidad no sólo es posible, sino que puede cultivarse identificando y utilizando muchas de las fortalezas y rasgos que ya se poseen. Al identificar lo mejor de nosotros mismos podemos mejorar sensiblemente nuestra vida y la de cuantos nos rodean.