¿Por qué dejar un cadáver abandonado y consumar el suicidio en solitario en un país con tamaña tradición autodestructiva como Finlandia? Mejor hacerlo en grupo; así, el miedo al final se encubre bajo un periplo conmovedor hacia el acantilado más escarpado del país: la dulce búsqueda del mejor escenario para desaparecer.