1.- Por qué no soy cristiano
2.- ¿Ha hecho la religión contribuciones útiles a la civilización?
3.- Lo que creo
4.- ¿Sobrevivimos a la muerte?
5.- ¿Parece, señora? No, es
6.- Sobre los escépticos católicos y protestantes
7.- La vida en la Edad Media
8.- El destino de Thomas Paine
9.- Gente bien
10.- La nueva generación
11.- Nuestra ética sexual
12.- La existencia de Dios; Debate entre Bertrand Rusell y el padre F.C.Copleston, S.J.
13.- ¿Puede la religión curar nuestro males?
14.- Religión y moral
Apendice
Cómo se evitó que Bertrand Russell enseñase en la Universidad de la ciudad de Nueva York
Un fragmento
Yo creo que cuando muera me descompondré y no sobrevivirá nada de mi ego. No soy joven y amo la vida, pero me despreciaría si temblase de terror ante un pensamiento de aniquilación. La dicha es igualmente verdadera aunque tenga que tener un fin, y el pensamiento y el amor no pierden su valor porque no sean eternos. Muchos hombres se han mostrado orgullosos en el patíbulo; seguramente ese mismo orgullo puede enseñarnos a pensar realmente en el lugar que ocupa el hombre en el mundo. Aunque las ventanas abiertas de la ciencia nos hagan temblar después del acogedor calor interno producto de los tradicionales mitos humanizantes, al fin y al cabo el aire puro vigoriza y los grandes espacios tienen un resplandor propio.
(" Lo que creo". Bertrand Russell )
1.- Por qué no soy cristiano
2.- ¿Ha hecho la religión contribuciones útiles a la civilización?
3.- Lo que creo
4.- ¿Sobrevivimos a la muerte?
5.- ¿Parece, señora? No, es
6.- Sobre los escépticos católicos y protestantes
7.- La vida en la Edad Media
8.- El destino de Thomas Paine
9.- Gente bien
10.- La nueva generación
11.- Nuestra ética sexual
12.- La existencia de Dios; Debate entre Bertrand Rusell y el padre F.C.Copleston, S.J.
13.- ¿Puede la religión curar nuestro males?
14.- Religión y moral
Apendice
Cómo se evitó que Bertrand Russell enseñase en la Universidad de la ciudad de Nueva York
Un fragmento
Yo creo que cuando muera me descompondré y no sobrevivirá nada de mi ego. No soy joven y amo la vida, pero me despreciaría si temblase de terror ante un pensamiento de aniquilación. La dicha es igualmente verdadera aunque tenga que tener un fin, y el pensamiento y el amor no pierden su valor porque no sean eternos. Muchos hombres se han mostrado orgullosos en el patíbulo; seguramente ese mismo orgullo puede enseñarnos a pensar realmente en el lugar que ocupa el hombre en el mundo. Aunque las ventanas abiertas de la ciencia nos hagan temblar después del acogedor calor interno producto de los tradicionales mitos humanizantes, al fin y al cabo el aire puro vigoriza y los grandes espacios tienen un resplandor propio.
(" Lo que creo". Bertrand Russell )