En esta obra se recogen varios artículos y ensayos del filósofo racionalista Bertrand Russell.
Quizás el más conocido de ellos es el de ¿Por qué no soy cristiano?, pero ninguno de ellos tiene desperdicio. Analiza detallada y razonadamente todos sus argumentos no sólo sobre la existencia de Dios, sino también sobre la negativa influencia de las religiones sobre las personas individuales y sobre la sociedad en su conjunto.
La Iglesia ha sido desde sus inicios uno de los mayores y más influyentes órganos opresores. Siempre ha abogado por una inmovilidad científica y social con el único objetivo de mantener su statu quo. Así a lo largo de la historia nos hemos encontrado con innumerables persecuciones, ejecuciones y censuras a todo aquel que intentaba hacer progresar la humanidad. Y, como bien sostiene Russell, la única forma en que la Iglesia ha ido avanzando ideológicamente ha sido gracias a la presión externa que recibía.
Desde luego, estamos ante uno de los más famosos alegatos agnósticos. Explicado desde la razón, las pruebas, la observación del mundo y de la historia. Importante su lectura, así como el último relato de cómo B. Russell fue impedido de dar clases de filosofía en la universidad de Nueva York debido a sus ideas sobre la religión, a pesar de ser uno de los más sobresalientes filósofos de su época.