En fin, que la historia está bien escrita, se lee con interés desde el primer momento, invita a ser leída a un ritmo más bien ligero (sus capítulos cortos tienen la longitud idónea para lo que pretende), y bueno, su desenlace, sin ser la hostia es bastante satisfactorio. Pero el tenebroso temita que da explicación a todo el tinglado me parece demasiado turbio como para despacharlo con tanta velocidad como es despachado.Vamos, que al conjunto resultante le falta esa garra, ese encanto, esa mala uva, ese tufo, que podría haber convertido la novela en una pieza pequeña pero potente, oscura en su esencia pese a la pulcritud de su forma. Veremos si en sus siguientes trabajos Garrido se desmelena y dejar un poco de lado esa tensión y esa preocupación por recibir buenas críticas que muchas veces resta naturalidad y salvajismo a los escritores.