Empecé a leer este libro por el título, me pareció original y tierno, lo que jamás imaginé es que el título fuera a ser lo mejor del libro.
Pido perdón de antemano porque en esta reseña voy a utilizar mucho la palabra coherencia porque ésta brilla por su ausencia.
Esta historia la vemos a través de los ojos de Diane, en primera persona. El libro es el típico que no puedes soltar hasta que lo lees pero no porque sea buenísimo (en mi humilde opinión) sino por la forma en la que está estructurado. La autora escribe en capítulos cortos y no para en descripciones del espacio, va directa al grano, por así decirlo. No me gusta cuando los autores son demasiados descriptivos en cuanto al entorno, pero en este caso han habido situaciones en las que he echado en falta esto. Lo leí en unas cinco horas contadas, vamos. Cortito, cortito.
En cuanto a los personajes, el gran error de ésta novela, creo que sus historias merecían ser contadas con algo más de profundidad emocional. Me ha parecido todo muy superficial y no he conseguido conectar al 100% con ellos, siempre me faltaba algo y a esto le añado que algunas conductas me resultaron de lo más desconcertantes, SIN COHERENCIA. Las acciones de los protagonistas, y de algunos secundarios, no se asemejaban a la realidad de sus personalidades, o al menos a la realidad que yo he interpreté. Este libro juega con: "Estoy muy mal así que cualquier acción que haga está más que justificada ante todos porque estoy muy mal, así que hagamos que no ha pasado nada y sigamos tan amigos." Lo anterior es un mantra que siguen TODOS los personajes a pie juntillas y que se repite muchísimo, son capaces de pasar de 0 a 100 en tres páginas, es desconcertantemente aluncinate y está desconcertantemente normalizado. No me gusta y no sé como hablar más de ello sin soltar algún spoiler.
Diane me ha gustado, su personalidad me ha parecido atractiva aunque como me ha pasado constantemente con este libro, había veces que no me cuadraban sus acciones, me faltaba algo de... ¿coherencia?. Edward no me ha gustado nada. En novelas de género romántico es habitual encontrarte con que el personaje masculino es un borde cabrón, estoy más que acostumbrada a ellos, pero con este tío se pasa de castaño a oscuro. Y, ¿por qué? Porque nueve de diez acciones suyas carecen de coherencia.
Si me tuviera que quedar con algo bueno sería con el personaje de Félix, el amigo/socio de Diane, por su persistencia en hacer que Diane salga del bache en el que se encuentra, y el más coherente de todos.
Y en resumen: el título mola. Félix mola. Edward no mola. La historia, en general, no mola, le falta coherencia. Perdón otra vez por lo de coherencia.
PD: Los personajes se pasan las 24 horas con un cigarrillo en la boca. Me hubiera leido el libro en cuatro horas en vez de en cinco si no fuera por los parones que tenía que hacer para fumar un cigarro, daba pie a esto.